La situación problema
En realidad la enseñanza de las ciencias
sociales ha sido tratada esencialmente como teórica, el mismo Piaget se
centraba en las operaciones mentales y las edades de los infantes para
practicarla y suponían la historia como una abstracción de
que debe ser entendida ya tarde, es decir, como a los dieciséis años y por lo
tanto tendría que ser la narración como el medio más eficaz para apropiarse de
ella. Nuestra escuela tradicional ha basado sus cimientos en la enseñanza
de la historia bajo esta premisa, sin embargo la interrogante surge cuando
pretendemos entender que es lo que se trata de transmitir en el alumno este
tipo de enseñanza lineal en donde no se ponen en conflicto los conocimientos
previos para generar nuevos conocimientos, no se toman las inquietudes y las
dudas de los alumnos respecto qué tan verídicas son las manifestaciones que se
enseñan de manera oficial. Creo que la historia tiene que ser confrontada con
todas las líneas y matices que se tenga del mismo suceso histórico, el alumno
tiene que tener a su alcance diversos medios y materiales que traten el mismo
tema para que pueda poner en juego sus conocimientos, su análisis crítico para
poder comprender a profundidad el hecho.
Representaciones sociales ideas previas.
Los alumnos no llegan a la escuela como
hojas de papel en blanco, sabemos que los niños traen una serie de
conocimientos que han venido adquiriendo en el devenir de su vida. A
esta serie de conocimientos previos que el niño adquirió con su familia, con
sus amigos, con su entorno le llamamos representaciones sociales, su forma muy
particular de entender el mundo. El trabajo docente hablando
específicamente en historia es la de entender estas representaciones sociales
con las que el niño llega a la escuela, adecuar los momentos para poder
confrontar estos conocimientos con otros nuevos utilizando diversas estrategias
de la que más adelante detallo.
Muchas veces las representaciones de los
niños no están construidas correctamente desde el punto de vista histórico, de
tal suerte que la función de la escuela es la generación de conocimientos
críticos más cercanos a una realidad.
Las representaciones de los alumnos se
convierten en una barrera que tenemos que suavizar, romper, mezclar con nuevos
conocimientos, desechar ambigüedades y construir un nuevo conocimiento más
sólido que más adelante tendrá que ser puesto nuevamente a prueba.
Giordan y De Vecchi (1987), Bassis (1998)
proponen estos pasos para la formación de un nuevo conocimiento:
a) emergencia de las representaciones,
toma de conciencia, por parte del sujeto, de las representaciones que ya tiene;
b) confrontación con una
situación-problema que contribuya ampliamente a poner en tela de juicio las
representaciones del sujeto-discente;
c) destrucción o reconstrucción de nuevas
representaciones que reorganicen las antiguas e integren las nuevas;
d) metacognición de los procesos que el
sujeto individualmente y en grupo, ha puesto en práctica desde el principio del
enfoque pedagógico.
Estas etapas que ya se habían señalado
anteriormente tienen que ser comprendidas a cabalidad por el profesor y solo
entonces se podrá trabajar con ellas por lo tanto los mismos autores proponen
que el profesor:
-- prever una situación
para que puedan emerger las representaciones del sujeto;
-- analizar las representaciones, un
trabajo para el que raramente los profesores están formados;
-- elaborar una situación (fases
individuales, semicolectivas y colectivas) que le va a resultar dificultosa al
sujeto-discente y hacer de manera que las representaciones que tenga no le sean
suficientes para ir más allá del punto muerto al que le han conducido sus
representaciones iniciales;
--movilizar materiales (documentos de todo
tipo, consignas de trabajo) que fomenten lo se denomina disonancia
cognitiva.
Si hablamos de la multiplicidad de las
representaciones que traen los alumnos y la construcción de nuevos
conocimientos, que además tomando en cuenta que cada alumno es diferente y por
tanto piensa de forma crítica y diferente no podemos esperar la generación de
un nuevo conocimiento uniforme en el grupo. De ahí la importancia de movilizar
las representaciones de los alumnos, de lo contrario daremos horas y horas de
clase y las representaciones permanecerán intactas y en una situación en la que
el alumno tenga que pensar, pues tendrá que recurrir a sus representaciones y
no a lo transmitido en clase. Este es el gran reto del profesor del siglo XXI
con la historia.
La situación problema como la nueva
didáctica de la historia.
Esta propuesta hecha por DALONGEVILLE,
ALAIN define al planteamiento de un problema como un eje central
para poner en conflicto a las representaciones tanto de los alumnos como la del
propio profesor y la de los libros y documentos que generalmente tienen un
panorama homogéneo del hecho histórico que se trate.
Es importante señalar que por la
naturaleza de este modelo de didáctica de la historia, se puede apreciar un
hecho histórico desde varios puntos de vista, ¿como explican los libros de
texto la etapa histórica del Porfiriato en México?, ¿cómo entendemos esta etapa
los profesores?, ¿cómo lo entienden los alumnos? ¿Qué perpectiva tuvo Don
Porfirio Díaz al narrar sus memorias del Porfiriato?,
todo este abanico de representaciones se activan dando lugar a nuevos
discernimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario